Los vecinos y vecinas proponen un sistema de seguridad barrial que consistiría en la acreditación de cada individuo que ingrese a los pasillos del barrio, así evitar que deambulen los delincuentes que terminan cometiendo robos a todos los vecinos y comerciantes.
«Vivir en el barrio se convirtió en un suplicio», nos señala preocupado uno de los vecinos que participó de la movilización. Ellos denuncian que provienen del parador perteneciente al Centro de Inclusión Social del Gobierno porteño, y reclaman que la inseguridad y la violencia en la zona esta aumentando considerablemente.
«Estas personas están siempre en la calle, intimidando a los vecinos que salimos hacer compras o volvemos del trabajo», sostiene una mujer, que como todos los vecinos que hablan en esta nota, prefiere mantener sus nombres bajo reserva por temor a represalias.
«Las personas que vienen al parador son las que se dispersan en los pasillos del barrio, orinan y defecan en las veredas», nos cuenta uno de los vecinos autoconvocados que está muy preocupado por los constantes eventos delictivos en el barrio.

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