El PLD, partido del primer ministro Shigeru Ishiba, alcanza su peor resultado en comicios regionales, mientras que Tomin First, liderado por la gobernadora Yuriko Koike, se posiciona como la fuerza política más votada en Tokio, anticipando un escenario complejo para las elecciones nacionales de julio.
El Partido Liberal Democrático (PLD) del primer ministro japonés Shigeru Ishiba sufrió un duro golpe en las elecciones a la Asamblea de Tokio celebradas el domingo pasado, al registrar su peor resultado histórico en escaños. Estos comicios regionales, considerados un indicio clave para las elecciones a la Cámara Alta previstas para julio, evidenciaron la creciente dificultad del Gobierno en minoría para mantener su influencia.
La agrupación Tomin First (Tokiotas Primero), fundada por la actual gobernadora Yuriko Koike, se consolidó como la fuerza política predominante en Tokio, obteniendo 32 de los 127 escaños totales. Este resultado refleja la aceptación popular de sus políticas centradas en el bienestar social y el apoyo a las familias.
En contraste, el PLD logró apenas 22 escaños, incluyendo tres candidatos que, aunque vinculados previamente al partido, compitieron sin respaldo oficial debido a un escándalo de financiación política. Esta cifra representa su peor desempeño hasta la fecha y es inferior a los 23 escaños conseguidos en 2017.
El Partido Constitucional Democrático de Japón (PCD), principal fuerza opositora a nivel nacional, obtuvo 17 escaños, mientras que Komeito, aliado del PLD en coalición, logró 19. Por su parte, el Partido Democrático para el Pueblo consiguió 9 escaños —sus primeros en la Asamblea— y el nuevo partido populista de derecha Sanseito ingresó con 3 curules.
Previo a estos comicios locales, el PLD contaba con 30 escaños en la Asamblea de Tokio, seguido por Tomin First con 26, Komeito con 23 y el PCD con 12.
Por Matías Fidel