Neuschwanstein, Linderhof, Herrenchiemsee y la casa del monte Schachen, los «sueños construidos» de Luis II de Baviera, reciben este reconocimiento por su arquitectura e influencia cultural, que incluso inspiró a Walt Disney.
La Unesco ha declarado Patrimonio de la Humanidad a los palacios reales situados en los Alpes alemanes: Neuschwanstein, Linderhof y Herrenchiemsee, junto con la casa real en el monte Schachen. Estas majestuosas construcciones, conocidas como los «sueños construidos» de Luis II de Baviera, fueron erigidas entre 1864 y 1886 y llegaron a inspirar al propio Walt Disney.
La candidatura para su reconocimiento llevó más de 25 años de gestación.Durante la reunión del comité en París, se destacó que estas edificaciones reflejan el «espíritu romántico y ecléctico» de la segunda mitad del siglo XIX. Sus diseños combinan influencias del Castillo medieval de Wartburg en Alemania, el Palacio de Versalles en Francia, así como elementos extraídos de los cuentos de hadas alemanes y las óperas de Wagner.
Ubicados en Baviera, al sur de Alemania y cerca de la frontera con Austria, estos cuatro palacios se encuentran en entornos naturales excepcionales. El más emblemático es Neuschwanstein, que sirvió como modelo para el icónico castillo de «La Bella Durmiente» de Walt Disney. Hoy en día, recibe casi un millón y medio de visitantes anuales, en su mayoría turistas extranjeros.
Por Matías Fidel.