El espacio Los Molinos de la ciudad de San Jorge, departamento San Martín, reconoció a 7 referentes ambientales del centro oeste santafesino. Se trata de particulares e instituciones que llevan adelante tareas ejemplares, las cuales se proyectan como símbolos de inspiración para prácticas responsables y sustentables en la comunidad, generando cambios positivos que perduren en el tiempo. “Nos pareció importante destacar estas iniciativas y la idea es seguir revalorizando para difundir estos trabajos”, le dijo a este medio la secretaria de la Asociación Civil, Lorena Ulieldín.
En el marco de diversas actividades que Los Molinos viene realizando a lo largo del año en pos del cuidado del medio ambiente y con el firme objetivo de fomentar prácticas sustentables para generar cambios positivos en torno al cuidado del planeta, se seleccionaron proyectos y emprendimientos sustentables en el departamento.
Referentes Ambientales
Daniel Milanesio (San Jorge): Mecánico nacional y fue docente durante 46 años en la Escuela Técnica de San Jorge. Apasionado de la física experimental, del reciclado, de recuperar, de transformar. Desde los 19 años, comprometido con la institución educativa a la cual perteneció. Se transformó en un referente de cientos de estudiantes. Un gestor de proyectos, de grandes iniciativas que movilizaron a toda la escuela y trascendieron sus límites.
Huerta 4 Elementos (Carlos Pellegrini): Se trata de la producción de alimentos sanos, agroecológicos. Es la contención para jóvenes y adultos que están fuera del sistema laboral. El espacio es una oportunidad de trabajo. También es un lugar de inclusión para personas con capacidades diferentes, donde compartir lo que cada uno sabe hacer y hace es el eje del proyecto.
Fundación Federico Wildermuth (Colonia Belgrano): Tres fines conviven en la Fundación Federico Wildermuth. Uno productivo, otro ambiental y el restante social. Todos se cruzan, se combinan y se refuerzan. Esas tierras, que pertenecen a un “legado familiar” y están ubicadas estratégicamente entre dos ecorregiones, la pampeana al sur y el espinal al norte, se destinan a un bien comunitario. Conforman la primera reserva privada de la provincia de Santa Fe. Quienes la llevan adelante hoy, dejan un concepto muy interesante pensando en la sociedad actual: Para que “algo lindo pase”, dicen, se necesita más a personas que se pongan la mochila y tengan ganas de hacerlo, que al dinero.
Nicolás Biolatto (Las Petacas): En el imaginario social la frase “es pura espuma” tiene un contenido negativo que refiere a algo así como mucho de nada. Nicolás Biolatto, un profesional nacido en Las Petacas, revierte ese imaginario social. Su programa “Espuma” está lleno de contenido. Cuida el ambiente, convirtiendo materiales contaminantes en productos útiles, efectivos y rentables. Aporta al entramado social con jabonerías comunitarias en zonas vulnerables. Capacitó a más de 500 personas en varias provincias argentinas. Articula con más de 100 instituciones del ámbito público, privado y de la sociedad civil. Y todo eso en sólo tres años de un proceso que crece rápido.
Marcelo Lenzi (El Trébol): construyó un camino que él recorre y que también recorren otras personas. Ingeniero mecánico y autodidacta en energías renovables, en particular la solar, fue el 1º prosumidor de la provincia y del país. Su inquietud lo acercó y lo convirtió en pionero de una propuesta que busca reducir el impacto ambiental de la producción de energía. Y ahora sueña que ese camino sea recorrido cada vez por más personas. Y ese sueño tiene un sustento: Él cree que los más chicos hoy tienen más presente el tema ambiental.
Mariana Echarri (Las Petacas): Apasionada con lo que hace y logra motivar a sus alumnos, la profesora de Ciencias Biológicas y Geografía tiene también un gran sentido de pertenencia hacia su localidad, Las Petacas. Con todo esto, fue impulsora de destacados proyectos de su querida escuela secundaria N° 337. Proyectos que han trascendido incluso a nivel nacional.
Fundación Francisco Bertolino (Pueblo Casas): Llegar a la Fundación Bertolino, en la zona rural de Pueblo Casas, pero muy cerca de Cañada Rosquín, es como llegar a un oasis. Desde afuera se nota que allí hay algo diferente. Y cuando se ingresa, se ratifica esa sensación. Fue creada para generar arraigo a la vida rural. Allí, uno entiende que la vida en el campo es hermosa. El ambiente natural se luce especialmente, y se cuida de esa forma. La fundación también transmite valores a través de sus diversas formaciones. Francisco Bertolino, que fue un visionario, lo ideó y dejó expresado en su testamento. Yanina Smerling es la tercera generación que honra esa idea y la concreta con mucha pasión.